viernes, 14 de diciembre de 2012

"Amor" de Michael Haneke. Palma de Oro 2012.


La verdad es que es una película excelente, con una dirección y actuaciones espectaculares. Haneke siempre ha tratado de expresar su visión de la vida desde el punto de vista del dolor, de la existencia humana gobernada por este y cuyo desenlace es el sufrimiento (y también la violencia: “Funny Games” y “Benny´s Video”). Sin embargo, siento que hay un cambio sustancial en Haneke en este film, y ese radica en que siempre ha dado al dolor un origen social (salvo quizás La Pianista), como un mal que existe metafísicamente en cada uno de nosotros por razones que escapan de nuestra individualidad sino que es el mismo medio quien genera ese trauma. Muy parecido a lo establecido por Sartre: “El infierno son los otros”, obviamente en términos simples y básicos ya que esa gran idea involucra un desarrollo inmenso alejado del análisis de esta película. Ya la idea del dolor social se hacía extremo con “El séptimo continente”, en una clara alusión a Mainlander: el suicidio como solución al absurdo social. Otro tanto en “Código Desconocido” y “Caché”. Y es que en “Amor”, el sufrimiento nace de un aspecto personal: la vejez, que es absolutamente física, la descomposición en vida del cuerpo, y con esto último anoto otra diferencia: la prevalencia de la materialidad (lo físico) por sobre el elemento inmaterial o intelectual (lo psicológico). Eso, desde mi punto de vista, es un nuevo gran aporte de Haneke. Si la película es tomada como un mero retrato de la vejez, de la soledad, de la cercanía de la muerte, incluso de la eutanasia, podría entenderse como un film mediocre o poco efectista, sin embargo, tomando toda la filmografía de Haneke es posible darse cuenta dónde quiere poner este director los puntos de énfasis y descubrir lo maravillosa que es. Otra cosa que llamo mi atención fue el hecho de que Haneke decidió filmar un sueño!!, hasta la fecha no tenía en mis registros una cosa así, salvo quizás “El tiempo del Lobo” que como ficción-apocalíptica pueda entenderse algo onírico. Una gran película, que hasta el momento la Palma fue bien dada, y digo hasta el momento porque aún no he visto todas las postulantes, tan solo Moonrise Kingdom de Wes Anderson, Cosmopolis de Cronenberg y Lawless de John Hillcoat (The Road fue mejor, obvio: Cormac McCarthy), ojalá no cambie de parecer, y si llego a cambiarlo, de todas maneras tendré un buen sabor en la boca. Grande Haneke.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Como Asesinar a Felipes: Mezcla perfecta de Jazz, Hip Hop y una buena dosis de Experimentación.


La verdad es que este disco debería también estar en Vanguardia, porque no sólo es un disco chileno, es también un gran disco, un disco rebelde, anárquico, sin ataduras a esquemas ni a estilos.  Insurrecto tanto en la forma como en el fondo. Un “rap” que nace del virtuosismo y de la genialidad, de orígenes que pueden venir desde el sonido callejero, gansta, tenebroso y underground  de connotados como Onyx, Boo-Yaa TRIBE o Wu Tang Clan, que fue llevado hasta el extremo con otro disco tremendo llamado Liquid Swords de uno de sus integrantes GZA, y también que se emparenta al jazz ambiental también lúgubre de bandas como Bohren & der Club of Gore o más rockeras como Portishead, siempre en esa oscuridad sónica que representa ese mundo casi inaccesible de la cruda y ruda realidad. Incluso, existe una veta progresiva en CAF. 

Ahora, así como hay todo lo anterior, también hay mucha elegancia, mucho sonido prístino. El espíritu anarquista de CAF es reconocible al escuchar sus líricas, y no solo se desprende por las declaraciones de “personajes” de sus discos, esa temática arranca de un fraseo potente, duro, rabioso y sobre todo inteligente, rasgo característicos de aquellas bandas que poseen una naturaleza crítica, la cual se agradece más en estos tiempos de exigencias obvias y no escuchadas. En este fraseo no abundan las melodías vocales armónicas sino que parecieran reclamaciones hechas al universo, un discurso de la necesidad de justicia. Frases claras como “hay que linchar al teniente” y otras de “El Recurso Popular”, recuerdan a la filosofía de Foulcault o también a un reciente documental: “La Educación Prohibida”,  y a toda aquella ideología de querer cambiar las cosas pero que solo genera impotencia ante un sistema que en nada muta, tal como se desprende de “Siempre será lo mismo”, sin embargo, se me produce una duda de este tema en relación al track 5 y que da nombre al disco, “Comenzará de Nuevo”. Esto porque por una parte se indica que todo seguirá igual y por otra que comenzará de nuevo, en un pesimismo en cuanto a lo actual y futuro, y un pensamiento positivo de creer que nacerá algo mejor, un nuevo comienzo. Puede que me falte más info, pero la contradicción es evidente. En lo personal, creo que la injusticia siempre existirá como elemento inherente a la naturaleza humana, y que no se extingue, solo cambian las formas en que se produce: el perfeccionamiento y especialización que va generándose día a día, y con ello nuevas formas de injusticias. Mejoramiento en zonas y putrefacción en otras y más en las nuevas. Bueno, eso es solo algo intelectual y no opaca para nada a lo emocional que puede producir este discazo. No me gusta decir que un disco es mejor que otro, ni los rankings o cosas así, pero una cosa tengo por seguro, y es que debe ser el disco que más he disfrutado en lo que va de este año que ya se acaba y por ende , es momento de hacer balances y este se queda. Un deleite tenerlos, y ojalá se llene el 6 de Diciembre cuando sea el lanzamiento. 

Link para bajar y escuchar este discazo: http://www.mediafire.com/?868uxlh6x2qp8k5.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Deftones. Maquinaria Festival. 11.11.2012.


La base de lo que es Deftones está asentada desde el White Pony: La mezcla perfecta de poderosos riffs y melódicas voces ya es marca registrada y ese estigma define a cualquier banda como un equivalente o imitación a lo que es Deftones. No han escapado de ese estilo tan definido, salvo por las respectivas innovaciones que hacen en cada disco. Carpenter es un demonio creador de perfectos riffs cada día más violentos (incluso cercano a Meshuggah) y Chino Moreno es una máquina de creación infinita de melodías vocales suaves (hermosas por momentos), de un origen indeterminado que mezcla muchos estilos, incluso el pop, un genio en ese aspecto. Sin embargo, a pesar de ser una de las bandas más importantes desde sus inicios, debo decir que esa mezcla perfecta me aburrió un tanto, porque la verdad es que hasta la perfección aburre. Tal como dije hay innovación hay ganas de llevar su música un poco más allá, agregando texturas, más violencia en sus riffs, etc., pero todos esos elementos solo vienen a adornar un pastel que viene teniendo más o menos el mismo sabor desde hace un tiempo (con obvias excepciones). Ese sabor es: Violencia y Melodía, en un formato canción que adolece de intro, coro y desenlace. Siento que Deftones no ha podido o no ha querido escapar de esa singularidad. Si no ha podido, bueno, se les perdona, si siguen siendo grandes (y yo me quedo sentado con mi semiaburrimiento), y si no ha querido, tampoco importaría, ya que tal como dijo un amigo “Si hiciera música diferente a la que hago, no me gustaría la propia música que haría y eso no es posible”, pero eso no significa que mi sensación sería diferente a la anterior. Creo que Deftones ya agotó su estilo, el cual es excelente en cada disco, pero como dije, hasta la perfección aburre un tanto.El setlist fue:




    1. Diamond Eyes 
    2. Rocket Skates 
    3. Be Quiet and Drive (Far Away) 
    4. My Own Summer (Shove It) 
    5. Poltergeist 
    6. Rosemary 
    7. Feiticeira 
    8. Digital Bath 
    9. Knife Prty 
    10. Tempest 
    11. Fireal 
    12. Engine No. 9 
    13. Rivière 
    14. Change (In the House of Flies) 
    15. Passenger 
    16. Bloody Cape 
    17. Encore:
    18. 7 Words 

Lo malo que ahora en el paladar solo tengo polvo, qué cosa más primitiva el maquinaria, la verdad es que no es posible tamaña ordinariez, una falta de respeto para un público que paga entradas carísimas. Qué costaba invertir 2 millones de pesos en una superficie, incluso de plástico, algo barato por lo menos en la parte más cercana al escenario donde se sabe que la gente salta más????? Un evento que genera utilidades por más de 2 mil millones de pesos. Lo mismo pasó en todos los escenarios. Deftones por momentos no se vió, Cavalera Conspiracy tampoco. Una ordinariez...... musicalmente Deftones tan grandes como siempre, verdaderos artistas, renovación constante, perfectos, incluso en una perfección que ya me tiene un poco aburrido.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Alex Grey en Chile. Invitado especial Maquinaria 2012.


Tener a tan magno artista a unos metros es una sensación extraña: Mezcla de ver de que solo se trata de un ser humano (al cual uno admira mucho) y de ver a un ser humano que es más que eso. Realizó una obra simple con los elementos característicos de su obra, los ojos, pero de igual forma ver trazar las manchas en la tela en vivo es un privilegio.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Mastodon en Festival Maquinaria (Chile). 10.11.2012.


En estudio deben ser de las más grandes bandas que han pisado la tierra, actualmente están en la punta de la pirámide conjuntamente a otras adelantados (pongo de ejemplo los obvios: Tool, Opeth, The Mars Volta, y también aquellos no obvios como Meshuggah, Neurosis o Kylesa, claramente en el aspecto de la música metal-progresiva), una mezcla perfecta entre violencia y virtuosismo más allá del grupo en el cual se les encasille. Ahora, en vivo, la banda gana y pierde: Gana en dinamismo y energía pero pierde en voces. Troy Sanders y Brent Hinds claramente no sonaron a la altura (aunque igual afecta el tocar al aire libre) de lo uno ha podido ver y escuchar en Lives, DVDs o el formato que sea, por el contrario Brant Dailor se escuchó prístino y modulado. Pero eso pasa a un segundo plano ante la potencia del sonido de los instrumentos y ante tamañas composiciones. Las tres primeras (Black Tongue, Hand of Stone y Crystal Skull) La verdad es que sonaron un poco apagadas, incluso la tercera que debe ser de lo más tremendo de Mastodon pero se escuchó extraña y como en A.M. (jajajajaja). Pero luego no sé si siguió sonando todo el rato igual o yo me acostumbre a ese sonido, la cosa es que sentí que mejoró el sonido salvo en cuanto a las voces que por momentos no se distinguía que se decía, y si no fuera porque uno conoce las letras y los tempos, lo más probable es que se hubiese entendido poco, es quizás ahí una de las razones por las cuales el público en general participo poco, mostrándose altamente aletargado, sin embargo estos son argumentos menores ante los más importantes que son primero el calor y luego el desconocimiento de la banda (al lado mío estaba un Genne Simons, traje incluido, que se mostraba algo perdido y aturdido, aparte de muerto de calor, jajajaja…), porque ni Spectelight prendió en demasía a la gente y eso que es altamente bailable, bueno, al fin y al cabo el público da lo mismo, lo importante es la experiencia personal ante el ruido. La tetralogía que se dio entre Aqua Dementia, Iron Tusk, March of the Fire Ants (esta sobre todo) y Blood and Thunder hizo elevar el show a un nivel espeluznante, tremendo, increíble, bello, violento, quizás de lo mejor que se pueda ver este año, incluso superando a Raider II de Steven Wilson en el Caupolican o Mibi de Masada y John Zorn en el mismo local. Para mi fue una mezcla entre intentar disfrutar a rabiar a unos genios y por otra parte, intentar soslayar algo insoslayable y que es casi vergonzoso: El polvo y el horario.

martes, 6 de noviembre de 2012

Las imágenes importantes 1



Un díptico tremendo. Nouvelle Vague en su máxima expresión. Claro, estoy tomando solo una parte de la extraordinaria carrera de Godard, en la que todas sus etapas tienen algo de genialidad: Su fase política es atractiva pero sumamente compleja, como en esa línea tan profunda que se marcó en Francia por esos años (Mayo Francés del 68´, Foucault y sus discursos) como en "La China" o "Sympathy For The Devil"; en su etapa "marxista", la fragmentación y el contenido llegaron a su máxima expresión con el grupo Dziga Vertov, como en "Pravda", un panfleto político en imágenes. Luego, no abandonando su carácter vanguardista se dedico al maravilloso "Histoire(s) du cinéma", y finalmente en su etapa más contemporánea sigue haciendo obras maestras: "Nuestra Música" o "Film Socialism". Un maestro ayer, hoy y siempre.

Este dúo fílmico maestro quizás que se asoma como preferible por sus planos, por su narrativa fragmentada,  y por su naturalidad tanto en la filmación como en actuaciones. Indispensables en la historia del cine, y en la del arte.

sábado, 20 de octubre de 2012

Contracuarteto en el 3er Festival de JAZZ.EU, Teatro de la Universidad San Sebastián, 18.10.2012.


Muchas veces se dice que un estilo está “muerto”, se ha dicho incluso con el rock y claro (muchas veces más) con el jazz: Tamaña tontera, porque ni en Chile el jazz podría morir ni menos considerarse estancado con bandas tan grandes como Ensamble Quintessence, La Kut (en un estilo más radical) o Contracuarteto. Estos últimos el Jueves estuvieron notables (por tiempo no pude ver a Fayçal Salhi Trio), quizá un tanto módicos en tiempo, pero dada la gratuidad, nada se puede reclamar. Comenzaron con “Bipolaridad”, veloz composición creada por Andrés Pérez y única composición del disco homónimo a la banda del 2008 que ejecutaron en esta oportunidad. Luego vino “Elegía”, una balada suave y triste como muchas de las creaciones de Lecaros, que contó con una ejecución perfectamente melancólica de Gallardo en flauta traversa. Es increíble lo versátil que es Contracuarteto, tanto como grupo como individualidad. Los 4 integrantes no tienen problemas de pasar de una tierna suavidad a una demencia absoluta, como quedará claro en “Letal viejita”, que posee una tremenda violencia arrítmica y que pone al límite los talentos de Gallardo en saxo alto y Andrés Pérez (y sus eternos bigotes mezcla de Marcel Proust y Dalí) en saxo tenor, intercalándose en un diálogo de mostros. Después fue el turno de “Ocasión”, nuevamente Gallardo en flauta traversa y otra composición suave. Finalizaron con otra del disco Sinestesia del 2011 y que es el emblema de lo que representa Contracuarteto: Valentía, improvisación, originalidad, belleza, conciencia, perfecta ejecución, etc., este tema es “F27”, que es una creación devastadora y una perfecta analogía o metáfora de los hechos ocurridos en aquella fecha. Inicia con una melancólica melodía en la que predomina la ejecución con arco de Lecaros en su contrabajo, para luego dar rienda suelta a la devastación con ejecuciones de Gallardo y Pérez que se acercan absolutamente al free-jazz, al vanguardismo y a la experimentación total. Gallardo sobresale por sus improvisación completamente “anti-académica”, ejecutando en su instrumento todas las técnicas o efectos experimentales posibles: slap-tongue, growling, flutter-tonguing, altissimos, etc. También se luce Carlos Cortes en batería con un estilo y fuerza que se diferencia de Félix Lecaros, no comparándolos obviamente en cuanto a calidad, ya que los dos son inmensos en sus instrumentos. Nada es eterno salvo las ideas y los sueños y estos cabros lo demuestran e intentan lograr no solo la inmortalidad de ellos mismos sino que se dan también a la tarea diaria de mantener vivo aquello que por sobre muchas cosas debe permanecer perenne.

sábado, 29 de septiembre de 2012

Moonrise Kingdom (Wes Anderson, 2012): Una vuelta.



Siempre me ha caído bien, me gustan sus personajes bizarramente obsesionados con su propia forma de ser (y la consiguiente redención), con sus propias manías, que son tratadas como si fueran normales, y es que quizás en el fondo todos tenemos manías raras y lo que se muestra en pantalla es algo que de alguna forma también nosotros tenemos. Digamos que nos representa. Digamos que talvez todos estamos algo tocados. Me cae bien el hombre, es un buen director, uno buenísimo, pero otra cosa es sentir total admiración y un gusto especial por su cine, tan solo me gusta un tanto, pero es digno de pensar, eso sí, de analizar. Rushmore es una buena película (similar en aspectos a la última). The Royal Tenenbaums no está tan mal (aunque se excede en humor y sensibilidad yankee). De The Life Aquatic with Steve Zissou no voy a hablar ya que es pésima y un traspie tremendo, casi inentendible, por aquello no la incluyo en el análisis. The Darjeeling Limited no está tan mal tampoco (pero con un estilo tremendo, y tan especial que es como ver cine entre la niebla, o con los ojos tapados o con audífonos en los oídos). Fantastic Mr. Fox no la he visto (no alcanza a llamar mi atención). Pero es un director maestro en las comedias del sufrimiento, de los traumas y impaciencias, transformándolas en situaciones que por momentos en lugar de producir drama producen humor (“¿El Humor? No sé lo que es el humor. En realidad cualquier cosa graciosa, por ejemplo, una tragedia. Da igual”. Buster Keaton). Ese es su estilo, esa es su marca, así como su forma de filmar, de componer los planos, encuadres, y plano-secuencias que por momentos uno podría pensar que es único en su técnica, pero a mi se me asemeja a Peter Greenaway en aquel aspecto, en esa elegancia y barroquismo técnico. La posibilidad de que en su cine exista una constante pesimista es certera, pero no es un pesimismo filosófico ni menos ontológico, es uno que nace de la capacidad abismante del destino de producir en el género humano el dolor y el trauma, un determinismo inequívoco (que siempre lo relaciona con los padres). Sin embargo, lo acompaña un simple y tierno final feliz, o sea, existe la posibilidad de que aquello expresado negativamente por el azar se transforme en un cierre positivo, en uno que termina el circulo vicioso existente. Quizás similar a Almodóvar y a un Tsai Ming Liang en casos. Una catarsis que siempre tiene la característica de ser colectiva. La ecuación, casi eterna, es: Mal (tristeza) – Redención (comprensión) = Bien (felicidad o tranquilidad), pero esto es traducir en 8 palabras algo mucho más bello y complejo.
 Moonrise Kingdom, su última película, es una vuelta a algo que realiza en forma notable, y que no hacía desde Rushmore, una vuelta a su virtud que había perdido en parte en algunos momentos y extraviado completamente en otros: El sufrimiento como hecho presente, no basado completamente en recuerdos, no tomando el pasado a cabalidad, sino que este pretérito conjugado directamente con el presente. Quizás ni el mismo se ha dado cuenta de que su mejor cine nace cuando habla del pasado (indirectamente) y del presente de sus personajes y de ellos con los hechos que le suceden actualmente. ¿Cuál será el motivo? La verdad es que aquello escapa de mi comprensión. Por otra parte, es una vuelta ya no tan excéntrica a una cosa maravillosa: la alegría (y la incomprensión de los otros. “El infierno son los otros”) de ser diferente, y lo difícil que es aquello en estos tiempos de globalidad in extremis, una vuelta a demostrar la complejidad de la adaptabilidad. En Wes Anderson mucho es trauma y mucho es ternura, mucho es negocio y mucho es independencia. Un jugador de dos estilos. Un Géminis. Moonrise Kingdom puede ser su mejor película, eso lo dirán los especialistas. Pero una cosa es cierta: hay que verla. ¿La Razón? La razón es simple: es una muy pero muy buena película.

jueves, 31 de mayo de 2012

Y el ganador es........

Nuevamente alzó la Palma de Oro el maestro Michael Haneke. Ya lo había hecho el 2009 con La Cinta Blanca, cinta de un poder visual y narrativo tan ambiguo que produce una confusión como solo un genio puede provocarla. Ese fue su deseo. Ahora, este 2012, levantó la Palma con su film "Amour", del cual no tengo idea, ni tampoco me interesa saber de que se trata ni los actores: Nada de Nada. La sorpresa con Haneke es el mejor amigo, llegar desnudo a sus filmes es un destino que se busca como un milagro.



jueves, 24 de mayo de 2012

Palma de Oro 2012

Este año Cannes al parecer será recordable. La presencia de directores tremendos así lo hace pensar.
Ya la sola presencia del magnífico Michael Haneke es suficiente en todo festival, como no recordar obras maestras como "El séptimo continente", "Funny Games" o la ya galardonada con la palma, "La Cinta Blanca". también se encuentran nombres que tienen un prestigio, pero que mucho les queda de carrera y desde luego, por decir: Thomas Vinterberg ("La Celebración"), Carlos Reygadas ("Batalla en el Cielo") o Matteo Garrone ("Gomorra"). También estarán maestros consagrados: David Cronenberg ("Inseparables"), Ken Loach ("El viento que acaricia el prado"), el genio Abbas Kiarostami ("A través de los Olivos") o el incombustible Alain Resnais ("El año pasado en Marienbad"), uno de mis favoritos.
Vamos viendo cuales son los candidatos: 

Post Tenebras Lux de Carlos Reygadas (México)
On the road de Walter Salles (Brasil)
De rouille et l'os de Jacques Audiard (Francia)
Holy Motors de Leos Carax (Francia)
Cosmopolis de David Cronenberg (Canadá)
The paperboy de Lee Daniels (EEUU)
Killing them softly de Andrew Dominik (Australia)
Reality de Matteo Garrone (Italia)
Amour de Michael Haneke (Austria)
Lawless de John Hillcoat (Australia)
Da-Reun Na-Ra-E-Suh de Sangsoo Hong (Corea del Sur)
Do-Nui Mat de Sangsoo Im (Corea del Sur)
Like someone in love de Abbas Kiarostami (Irán)
The Angels'share de Ken Loach (Gran Bretaña)
Im nebel de Sergei Loznitsa (Ucrania)
Beyond the hills de Cristian Mungiu (Rumania)
Baad el mawkeaa de Yousry Nasrallah (Egipto)
Mud de Jeff Nichols (EEUU)
Vous n'avez encore rien vu de Alain Resnais (Francia)
Paradies: Liebe de Ulrich Seidl (Austria)
Jagten de Thomas Vinterberg (Dinamarca)
Moonrise Kingdom, de Wes Anderson (EEUU)

Es claro que la importancia del jurado es total. No es sino lo que determina quien es el ganador. Sin Tim Burton de presidente del jurado nunca le hubiesen dado la palma al genio de genios Apichatpong Weerasethakul con "El Tío Boonme recuerda sus vidas pasadas", o nunca a "Rossetta" de los Dardenne sin la presencia de David Cronenberg. Por lo cual es indispensable señalar quien el presidente del Jurado este año: Nanni Moretti ("La Habitación del Hijo") y la verdad es que no tengo opinión respecto a él, conozco su cine, pero se me dificulta saber con certeza quien es, cual es su alma. Me doy a la idea de que se inclinara por algo poco arriesgado y más bien convencional, ojalá no academicista.

Por otra parte, en la sección oficial Una Cierta Mirada competirán 20 filmes. Esta es una sección que siempre me ha gustado, sobre todo por la calidad y originalidad de sus participantes, los cuales son:

La playa de Juan Andrés Arango (Colombia)
7 días en la Habana de Benicio del Toro, Pablo Trapero, Julio Medem, Elia Suleiman, Juan Carlos Tabio, Gaspar Noé y Laurent Cantet (Cuba)
Elefante Blanco de Pablo Trapero (Argentina)
Después de Lucía de Miguel Franco (México)
Miss lovely de Asim Ahluwalia (India)
Les chevaux de Dieu de Nabil Ayouch (Marruecos)
Trois mondes de Catherine Corsini (Francia)
Antiviral de Brandon Cronemberg (Canadá)
Le grand soir de Benoit Délépine y Gustave Kervern (Francia)
Laurence anyways de Xavier Dolan (Canadá)
Aimer à perdre la raison de Joachim Lafosse (Bélgica)
Mystery de Lou Ye (China)
Student de Darezhan Omirbayev (Kazajistán)
La pirogue de Moussa Toure (Senegal)
Confession of a child of the century de Sylvie Verheyde (Francia)
11.25 the day he chose his own fate de Koji Wakamatsu (Japón)
Beasts of the southern wild de Benh Zeitlin (EEUU)
Renoir de Gilles Bourdos (Francia)
Djeca de Aida Begic (Bosnia-Herzegovina)
Gimme the Loot de Adam Leonun (EEUU)

Ojalá gane el de espíritu más inquieto.


martes, 22 de mayo de 2012

Mogwai en Chile, 17 de mayo de 2012, Teatro La Cúpula, Santiago (Un universo entero)


La primera vez que intenté ver a Mogwai en vivo por la web (sin saber que incluso habían venido a Chile hace muchos años) me senté a observar con la esperanza de cumplir mis anhelos. Creía que en aquellas partes en que la composición se hacía más violenta expresaban esta emoción de una forma gráfica y explícita; por otra parte no esperaba más que una excelente interpretación en las zonas más calmas, espaciales, sentimentales o contemplativas. Así que al empezar a tocar luego de una hora y diez minutos de retraso, solo me dediqué a corroborar la idea que me hice aquella vez: Suene como suene lo que toquen la actitud de Mogwai en escena es de concentración total y toda emoción nace única y exclusivamente de sus notas, su manera contenida y algo distante de asumir la ejecución en vivo es algo que impacta y salvo algunos arranques de uno de sus guitarristas (Stuart Braithwaite) se mantienen casi inamovibles en sus puestos y espacios. 



Nada de todo lo antes dicho empeña de modo alguno la efusividad y expresividad de la música compuesta por estos escoceses, ya que se basta así misma, en un absoluto de tonos y matices, que danzan en una sala llena de perfección y romanticismo, es la emoción de cada tema la que hace que Mogwai sea tan accesible al alma de cada uno. Esas especiales galimatías de algunas obras que parecen gemidos de dolor, tal como en Killing all the Flies (cuarta pieza que ejecutaron) o Hunted by a Freak (de penúltimo o en 14º lugar) son las que llegan a sectores de sufrimiento individual e incluso de una catarsis de autocompasión ante lo insolente de la vida. Existen también paisajes suaves ante los cuales la única opción es la contemplación, el tono sencillo, místico, incólume y minimalista entierra los momentos de desdicha. Momentos blancos, grises, negros. Por otros instantes pasan directo a la rabia o a un in cresccendo furioso y salvaje, incluso al ruidismo o noise de guitarras saturadas y extremas como en Rano Pano o Ratts of the Capital. Mogwai es un mundo, es un bosque, donde todo nace, de lo más  pequeño a lo más grande, donde todo importa y nada sobra, todo se encuentra o se aleja nunca gratuitamente, razones y conceptos hay en todo aquello, es un universo, uno inmenso, complejo y bello.

Setlist:

  1. White Noise (Hardcore Will Never Die, But You Will, 2011)
  2. I´m Jim Morrison I'm Dead (The Hawk is Howling, 2008)
  3. Rano Pano (Hardcore Will Never Die, But You Will, 2011)
  4. Killing all the Flies (Happy Songs For Happy People, 2003)
  5. Stanley Kubrick (EP, 1999)
  6. How To Be A Werewolf (Hardcore Will Never Die, But You Will, 2011)
  7. Travel is Dangerous (Mr. Beast, 2006)
  8. I Know You Are But What Am I (Happy Songs For Happy People, 2003)
  9. Mexican Grand Prix (Hardcore Will Never Die, But You Will, 2011)
  10. Ratts of the Capital (Happy Songs For Happy People, 2003)
  11. 2 Rights Make 1 Wrong (Rock Action, 2001)
  12. Mogwai Fear Satan (Mogwai Young Team, 1997)
  13. New Paths To Helicon, Pt. 1 Ten Rapid (Collected Recordings 1996-1997)
  14. Hunted By A Freak (Happy Songs For Happy People, 2003)
  15. Batcat (The Hawk is Howling, 2008)


jueves, 19 de abril de 2012

Steven Wilson en Chile, 18 de Abril del 2012, Teatro Caupolicán.



Al llegar una tremenda playa monocromática nos daba la bienvenida a lo que puede ser el mundo de Steven Wilson. Oscura y amplia, casi infinita. La arena del mar o del desierto se muestra apacible como si estuviera a la espera de algo que transforme esa tranquilidad y otorgue respuesta a un furioso mar o al incontrolable viento. Las arenas de Wilson se deslizan por todos los ámbitos desde el ambient de Bass Communion hasta el metal progresivo de sus proyectos solistas, pero no se traducen esas diferencias solo a bandas, sino que en cada una hace explícita esa diversidad sónica. Un pequeño grano de arena es parte importante en un todo, cada nota, cada sonido forma el único y complejo universo compositivo de este delgado inglés.
 Un mar terrible amenazó aquellas tranquilas arenas con “No Twilight Within The Courts of the sun”, haciendo que toda la densa fiesta comenzara, un gran Adam Hotzman se lucía en un solo de teclado. Un Wilson que pocos minutos antes había ingresado al escenario, luego de los restantes 4 integrantes, se percibía algo apático producto de una malla que formaba parte de aquello que ya Pink Floyd hace años intentaba graficar: la distancia entre lo que se ve y lo que es realmente, o una muralla de incomunicación entre lo que debiera conectarse, una venda en los ojos de todo el mundo. Wilson, es sabido, no solo le importa la música, sabe muy bien que la estética, luces, pantallas, etc., componen un conjunto que da valor agregado a un show que musicalmente por si solo ya es de lo mejor que se ha escuchado.
Luego, la tormenta dio paso a otro matiz en la escala de colores de Wilson: La algo industrial “Index”, para que luego las tranquilas arenas se dejaran llevar por afectuosas y dulces brisas que hacían volar poco a poco las partículas de la eterna erosión: “Deform to Form Star” sonó conmovedora, esperanzadora y profundamente tierna y emotiva, así como también dio paso a ese lado algo femenino de Wilson, o andrógino, que se confunde en un juego de ambigüedad y extrema sensibilidad. Estas dos piezas dieron la sentencia: Wilson es un buscador incansable de la perfección.


“Sectarian” se inició con sus conocidas tinieblas, dando luego cabida a un largo solo de teclado para dar paso, por segunda vez, a la extraña (experimentación rítmica) y cortante violencia de esa pieza, que en gran medida se debe a la batería de Marco Minnemann y al bajo sobresaliente de Nick Beggs, sumado a un juego de luces extraordinario que otorgaba una atmósfera ya no solo lóbrega sino también poderosamente tenebrosa, una playa abandonada en el fin del mundo, el abandono en el desierto, y así sacar la venda que existía entre Wilson y su público ¿La venda dejó de existir o es que ahora solo no es visible?. No es algo fácil de responder con palabras y es por ello que “Postcard” sonó a una serena y consoladora explicación a un mundo que vaga sin gusto a nada y a todo a la vez.
“Remainder The Black Dog” y su paranoica suavidad inicial acompañada de unos orgánicos y atmosféricos sonidos (como gran parte de la noche) provocados por Niko Tsoney, luego un Theo Travis (Genio, virtuoso, maestro y todos los adjetivos que pudiesen demostrar lo grande que puede llegar a ser) que daba toques de jazz al concierto con unas escalas maravillosas en su clarinete, que desenterraban sentimientos lisérgicos, más aún al finalizar el tema con su flauta traversa completamente drogada en flutter tonguing. “Harmony Korine”sonó en su poderoso valor de single con su letra ambigua y eterea, despertando incluso a los que poco sabían que hacían ahí. Pasadas estas dos violentas odiseas se asomaron nuevamente las tranquilas partículas en suspensión de “Abandoner” (salvo aquella escena lúgubre y caótica del final) y “Veneno para las Hadas”, que nos llevaron a la calma que viene luego de una inclemencia, nuevamente nos encontramos caminando solos por una arena inquieta, dejando nada atrás, ni siquiera nuestras huellas, nada pesamos en ese baile melancólico.


A continuación Wilson y compañía presentó un nuevo tema: “Luminol”. Un tema que obviamente hay que escuchar un par de veces más para intentar siquiera hablar de él, pero que a primera escucha sonó bastante agresivo y progresivo, lo cual siempre es bienvenido.
Luego vino “No Part of Me” que con la belleza de “ I know that love for you was just security / There´s NO PART of me in you” y un stick tremendo de Nick Beggs cautivó a todo un coro nacional,  y finalizó con un solo de clarinete de Theo Travis que dejó boquiabierto hasta al mismo John Coltrane en el otro mundo, sobre todo por su growling demencial.
Con “Raider II” se desató una tempestad, una tormenta de arena, una catástrofe sónica de abismante oscuridad en su inicio tenebroso (casi fílmicamente de terror). La tormenta poco a poco fue entrando por nuestros sentidos, con un Wilson que cantaba enrabiado, una intermitente flauta traversa de Travis que parecía un encantamiento mágico, un coro de teclado, para pasar a la lisérgica violencia de metal progresivo que impresionó por su fuerza descomunal en un ascenso musical que llega hasta un universo sónico devastador. Travis hizo nuevamente de las suyas con un solo de saxofón soprano de dimensiones tremendas que rozaban la genialidad. Entre el viento, el reventar impetuoso de las olas, la endemoniada arena, era difícil comprender la magnitud de lo que se vivía y solo el instinto inconsciente emanaba a pasos animales con vehemencia de dementes. Más de veinte minutos de una composición que desearía fuera eterna. No quedaba otra al finalizar el tema que aplaudir de pie a rabiar a estos maestros, a insultarlos en éxtasis de admiración, a gritarles en su cara lo geniales que podían llegar a ser. La orgía sónica había sido de tamaños insospechados, ya que rara vez algo en la vida puede llegar a tener tanto valor. Aquellas sensaciones sin duda serán irrepetibles.


Uno a uno fueron desapareciendo del escenario, para volver luego del aullido al unísono de un público que deseaba mucho más luego del anterior “Raider II”, así que aparecieron nuevamente en escena aplicándose en “Get all you Deserve” cada uno con distintas máscaras bizarras, en una composición suave y simple en un principio pero que da lugar a un precipicio sónico de distorsión, efectos de guitarras realizados con locura por parte de Niko Tsoney, la tormenta se había desatado nuevamente, teclados embrujados, y un sinnúmero de ruidos que conforman un salto al vacío desde el cielo a un remolino de deseos, de cosas perdidas, un torbellino de ausentes con el cual nuevamente terminaron, se despidieron y se retiraron.
Las arenas parecían que ya no se agitarían, sin embargo, Steven Wilson volvió con su guitarra electroacústica, y demostró que se debe en plenitud a su público, sabe que muchos (sino todos) llegaron a él a través de Porcupine Tree y por ende no puede dejar de satisfacer de algún modo esa terrible necesidad. Es por ello que tocó primero “Lazarus” y su “Follow me down to the valley below / You know / Moonlight is bleeding / From out of your soul” sonó como una plegaria, como un ruego elevado al cielo, y luego “Trains” logró lo que debe lograr una composición como ella, o sea, su aparente simpleza y su conmovedora melodía nos llevaron incluso a la emoción más profunda que se hermana de algún modo al llanto. Un tema final esperado, y que satisfizo de algún modo un deseo proveniente desde hace muchos años.


Steven Wilson más allá de ser un gran músico, compositor, interprete, guitarrista, vocalista, tecladista, etc., es un ser humano tremendo: es capaz de entregarse en una presentación por completo, más allá de lo musical (porque suena muy cercano a la perfección o en ella misma) ya que está preocupado hasta del más mínimo detalle en su show, ya sea de las visuales, las luces, colores, si incluso las visuales están desde que uno llega al establecimiento. Eso demuestra que te estima, que te considera algo esencial en él, y por ello es que te premia, te regala todo lo anteriormente dicho. Steven Wilson se traía algo tremendo entre manos y fue recibido con los brazos más que abiertos. 

domingo, 15 de abril de 2012

Tulallvay, Dayanandrea y La Kut en Bar Santa Filomena, 12 de Abril 2012


El verano ya se acabó. Los niños van creciendo. El jueves fue el primer día en que las nubes grises reinaron y la lluvia algo amenazó. Los niños ya dejan de jugar. La Tierra se aleja del Sol. La noche se acercaba. Los niños dejan de ser niños. El todo como un gran sistema que decrece, o que va creciendo, como se quiera. Una escala inmensa en la que Tulallvay era el primer peldaño, los niños en la música, en un juego lúdico y valiente, adoleciendo de esa rica inmadurez que lleva a llamar la atención, a querer hacerlo todo, a desear convertirse en un aleph visible. Que valentía tienen esos niños grandes, la rebeldía, desparpajo y desenfado para tocar una especie de jazz sinfónico, al estilo un tanto más básico que  algunas bandas del R.I.O. como Univers Zero, pero no tan oscuro, es quizás lo módico del escenario lo que no les permitió al fagot y la tromba o tuba (no lo recuerdo) sonar adecuadamente, o la potencia del gran saxofón alto de la banda y del dúo de clarinetes que se comieron incluso a una batería poco inquieta, al igual que una guitarra algo deslucida un tanto más por placer que por querer sonar técnico y correcto en ejecución, supongo. En su afán de abarcar amplios registros caían en un desorden sónico que confundía, además sonaban todos a la vez en gran parte del tiempo, incluso dejando de lado el contrapunto. Se dieron incluso el lujo de hacer covers de melodías alejadas de la intelectualidad, riéndose de los que estábamos ahí esperando solo lo contrario, es quizás al final con la agregación de un magnífico violín y otro saxofón que nos dieron en el gusto, sonando por primera vez como una verdadera orquesta. Los niños  se tomaban su espacio y desordenaban con su espíritu un Bar Santa Filomena algo opaco a esa hora, y tal como su nombre, todo se trato de un juego.

  
¿Qué hace Dayanandrea y la Kut tocando en un Bar tan pequeño, ante tan poca gente y sonando nada en los medios? Que ganas de que todo el mundo pudiera gozar con esta música. ¿Qué mierda hacen estas bandas tocando en Chile? La música en alguna parte se perdió, siguió siendo música e incluso puede llegar a ser buena, pero lo cierto es que lo que se considera bueno hoy dentro de esas esferas es tan solo mediocre y simple. ¿Cómo mierda hacer para que estas bandas puedan seguir su camino independiente y a la vez subsistir?

Dayanandrea es una banda notable, eso se sabe por sus discos. Antes quizás, cuando eran aún más jóvenes, tenían un sonido algo más dadaísta, pero actualmente, por lo que pude percibir ayer, están en un contexto un poco más serio y menos lúdico, metal quizás, incluso una grácil y encantadora violencia está adornando sus composiciones. Los jóvenes de ayer ya no son los mismos. Ese baterista que tienen ya se lo querría cualquier banda, una técnica preciosa y precisa, repartiendo baquetazos con la habilidad de solo quien conoce su instrumento a la perfección, todo lo realiza con un ritmo despiadado y con un estilo para tocar que va muy en línea de lo que quiere demostrar la banda, más allá de máscaras y disfraces, sino una actitud extraña y bizarra que transmuta en una actuación y expresión corporal. Un sonido cortante por momentos y por otros, los más, armónicos y progresivos. Un bajo impecable y dotado de gran talento e imaginación, gran juego de Slap y Pluck  (violento por momentos y otros algo más funk) al igual que Hammers muy talentosos, un instrumento que da poder y velocidad a los vientos y bronces del virtuoso clarinetista Palermo (así le puso un amigo) que se desenvolvía por intrincadas escalas, growlings y furlattos, y a ese par maravilloso de mujeres, en saxo alto una y saxo tenor y clarinete la otra, que como ellas quedan pocas: Valentía, ímpetu femenino, absurda sensualidad. En lo estético influenciado por The Residents y algunas cosas de los principios de Mr. Bungle y otros, pero musicalmente tienen una línea diversa quizás más apegado al Jazz-Rock de ¿Nazca, Henry Cow, Univers Zero? o ¿Moonchild, Combat Astronomy?¿Stravinsky, Bartok, y un cuanto hay en lo docto? no sé, pero es que cuesta encontrar algo idéntico tanto en el sonido tomado como composición como por instrumentos, ya que no cuenta con guitarra, sino directamente se relacionarían con Akineton Retard o Panzerballet, y es quizás los vientos y bronces lo que hace pensar directamente en aquello, un Dün menos instrumentalizado o Magma puede ser por la oscuridad y sutil violencia o derechamente Zu, sobre todo del disco en que participa Mike Patton. Bueno, da lo mismo, la hacen de oro. Una banda que se entiende a la perfección y que  hace que hasta las cosas aparentemente simples (tasitas metálicas) suenen realmente complejas en lo espiritual dentro de una atmósfera de misticismo oscuro.


La experimentación que hace el quinteto La Kut es admirable y envidiable. Los jóvenes se han convertido en adultos y tratan de alejarse de lo aprendido y experimentan con ello. Si Dayanandrea era perfección y corrección sónica, La Kut era pura experimentación y por momentos ruidismo. Un free jazz apegado al R.I.O. o al rock psicodélico/progresivo, por tratar de clasificar. Una libertad armónica que pasaba por momentos en que la guitarra sonaba a notas improvisadas al estilo de Derek Bailey o Fred Frith y por otras apegado a lo hecho por Robert Fripp, un bajo frenético similar a Bill Laswell con una energía tremenda y un juego de dedos a velocidad descomunal. El saxo alto es espectacular, más allá de la utilización de efectos como el uso de la difícil Respiración Circular, entregaba una propuesta densa e impura (en un sentido similar al de Bazin en el cine, o sea, sabiendo la técnica para lograr la evolución hay que destruirla).Incluso se dieron el lujo de realizar una adaptación de una pieza de  Mulatu Astatke, Yèkèrmo Sèw, que aparece en Floras Rotas de Jarmusch, eso demuestra lo ecléctica de la banda, llegando al lado étnico del jazz, y por otras el saxofón sonaba a free-jazz pero no tan cercano al de Coleman, sino más bien al de Peter Brotzmann o de Sun Ra (cuan grande puede llegar a ser Sun Ra !!!!!) La trompeta hacia su aporte también, pero no pude escucharla del todo ya que ya era bastante tarde, y es acá que aprovecho de hacer una simple crítica: el flyer decía que empezaba a las 22:30, pero con suerte empezó pasado las cero horas, por ende, la Kut empezó a tocar como las 3 de la mañana, ya a esa hora la capacidad cognitiva está completamente disminuida, ya sea por la falta de sueño, las obvias cervezas o por la jornada laboral, por ende, escuché tan solo un trozo de la presentación de la Kut. Con cariño pido que ojalá respeten los horarios de los shows porque la verdad es que la incertidumbre es mala amiga del público.
La Kut es una gran banda, de grandes músicos de una madurez tremenda, por los momentos en que pude escucharlos me recordaron al Just Us de Elton Dean o al The End of an Ear de Robert Wyatt, esos exquisitos discos en los cuales cada instrumento realiza su pega en el momento preciso, esperando durante largos instantes su oportunidad para encantar.
Los niños se transformaron en jóvenes y estos en adultos. Los juguetes se han transformado en conceptos. Los afanes se han convertido en realidades. Los que eran un día han florecido. La noche ya había caído. 

domingo, 1 de abril de 2012

Noctourniquet o los nuevos The Mars Volta




La forma de afrontar la composición en The Mars Volta definitivamente cambió. Octahedron fue el primer el primer paso (traspié para algunos). Noctourniquet puede que sea nominado el mejor album del año 2012, porque es seguro que es el mejor hasta el momento en lo que va de este. Noctourniquet es un buen disco, mucho mejor  que el anterior y mucho mejor que cualquier mejor disco de ¾ partes de las bandas del planeta. Pero está lejos de ser el The Mars Volta que deslumbró con sus primeros 4 discos. Lejos ya de la métrica lisérgica e inmedible, lejos del avant-garde, lejos del progresivo/psicodélico y cerca, como nunca, del maldito formato canción. Talvez en un par de años nos enfrentemos a un inicio-coro-desarrollo-coro-final. 
Repito es un buen disco pero otra cosa es que sea una genialidad, este nuevamente no lo es. Claro está que el álbum en general es original y no suena a nada parecido, pero es otro The Mars Volta, y claro es también que toda banda tiene el derecho a evolucionar hacia el lado que desee, pero la situación es que The Mars Volta, con toda su genialidad, no evolucionaron hacia el lado adecuado dado el nivel de sus integrantes. ¿Qué pasó?. La apuesta que yo hacía por la banda era que o hacían un disco similar a los anteriores o evolucionaban hacia algo más genial aún, poco menos que iban a reinventar la música (a lo Schoenberg) y que iban a llevar el género progresivo psicodélico a niveles nunca escuchados. Pero no, no fue ni lo uno ni lo otro, derivaron a composiciones tan solo correctas. ¿Fue por simple deseo realizar un disco como este o fue incapacidad de evolucionar hacia el lado adecuado?¿Ya no podrán, por algún motivo, realizar otra genialidad? Vamos viendo:

            The Whip Hand, un mediocre tema con mucho sintetizador muy a lo NIN, de esos que provenían de la mezcla del punk y pop de los ochentas, una melodía ausente o presente pero pobre. Mal comienzo. Pésimo.
            El comienzo de Aegis es prometedor. Su continuación es mejor aún, pero principalmente debido al gran trabajo vocal de Cedric Bixler-Zavala. “I´m not running away” y sus respectivas repeticiones son un gran aporte y la frase se torna realmente adictiva. Un verso que tiene la virtud de alojarse casi en el inconsciente, acompañada de  una batería contundente que suena como complemento perfecto. Un muy buen tema pero que adolece de lo mencionado anteriormente: el formato canción.
            La tercera composición es Dyslexicon. Lejos el mejor tema del disco. Locura profunda. Ese sintetizador que suena en un principio es en gran parte el culpable. También lo es la guitarra repetitiva y aguda que aparece por momentos. Batería en todo momento acelerada que crepita el tema. Una métrica algo más arriesgada. Nuevamente y como casi siempre gran trabajo en la melodía vocal. Varios cambios de ritmos. Un tema que perfectamente pudo haber estado en el Bedlam in Goliath. Gran pero gran tema.
Luego viene la melancolía inicial de Empty Vessels Make The Loudest Sound que por momentos se torna bella y liberadora. Las creaciones de Omar Rodriguez-Lopez desde hace un tiempo vienen siendo bastante tristes. Su álbum solista “Ciencia de los Inútiles” es un más que claro ejemplo. “I am a mountain of cavernous people searching for a lighthouse in the fog” es un precioso verso que en la voz de Cedric sabe mejor aún. Una virginal balada que en algo recuerda a la simple pero magnífica Televators, pero sin ese abismo vocal ni ese no se qué lisérgico de ese gran tema.


A continuación un tema que de verdad no entiendo. The Malkin Jewel es un tema que desearia con pasión Jack White ya sea en The White Stripes o em The Dead Weather. Tiene también algo de Led Zeppelín por momentos incluso la voz es similar. Algo de post-punk. Una mezcla rara pero no por eso buena. No se entiende.
Lapochka es una balada que perfectamente puede ser calificada de drum&bass sin aceleración, pero con mucho trabajo electrónico. Una melodía vocal pobre, salvo por un “aullido” con mucho efecto que distorsiona la voz. Este mediocre tema da origen  a una seguidilla de composiciones algo regulares y que por una extraña razón me hacen perder la atención del disco. In absentia viene siendo una especie de continuación de la anterior en lo electrónico. La electrónica venía siendo tomada muy en cuenta por Rodríguez-López en sus discos solistas, como olvidar el Minor Cuts and Scrapes in the Bushes Ahead, y este tema es una demostración de sus gustos pero ahora en The Mars Volta. Es quizás el tema más experimental en lo electrónico del álbum muy al estilo Panda Bear en el Tomboy o al Sung Songs de Animal Collective pero completamente barroco, recargado hasta decir basta. Pura tenebrosa psicodelia. Ahora, se trata de un tema de casi 8 minutos, cuya segunda parte se trastorna en una canción del pop oscuro similar al que hacía The Cure, Joy División, Siouxsie, Cocteau Twins, etc.,  que esta dotada de un gran trabajo vocal de Cedric. Ahora no es un tema que extrañe ya que es sabido la pasión de la banda por aquella música.
Imago viene a ser la confirmación de todo este Noctourniquet: mucha melancolía y mucha electrónica. Otra balada con toques de guitarra acústica y guitarras de sonidos acuáticos. Es un bonito tema, pero gracias al gran Cedric nuevamente porque en lo instrumental tomando en cuenta el curriculum de The Mars Volta es más que pobre.
Luego, y por fin, un tema progresivo psicodélico al estilo del grupo. Molochwalker es un gran tema. Harta guitarra, hasta un solo se escucha de pronto (algo que poco se ve acá), un bajo que por fin es digno de mencionar, Cedric maestro como siempre. Claro no es el mismo The Mars Volta, ya sin Adrian Terrazas-Gonzales es muy diferente. ¿Cómo no poner un solo viento o un bronce, aunque sea solo en este tema en el cual caía de cajón? No puedes poner la electrónica por sobre los vientos o los bronces, o puedes hacerlo pero nunca dejándolo completamente de lado. Ese es un elemento esencial que The Mars Volta perdió hace rato. Molochwalker es de los de temas que representan el espíritu anti Horror Vacui que sufre la banda, esa enfermedad que les permite o permitía llevar la música al sonido completo.
Una simple guitarra acústica da comienzo a Trinkets Pale of Moon, luego unas voces rituales y lisérgicas dan ritmo a otro tema lento y sombrío. Luego nuevamente las bases electrónicas se apoderan de la percusión y el tema vaga en esa nave lúgubre por toda su duración. Un tema parejo, incluso en la melodía vocal. Similar es Vedamalady. Por alguna razón estos dos temas no se disfrutan en su lentitud tanto como otros de la misma naturaleza que posee la banda, recordando la liberación del tema algo a las melodías de Chino Moreno y compañía. Noctourniquet es otro tanto de lo mismo anterior. Con estos tres temas la atención en el disco ya está en otra parte. Está en lo que hay que hacer mañana, en lo que se va a comer a la once, en que ya está oscureciendo. Temas que de verdad dejan sabor a poco o a nada y son el motivo principal de que este disco pase rápidamente al guardadisco y salga de ahí tarde mal o nunca.


Zed And Two Naughts  viene a dar algo de esperanza a lo que vendrá (aunque la esperanza no existe) y también le da un resto de dignidad al disco, aunque sea ya el final. Una canción dotada del temido formato canción pero a lo menos algo salvaje. Buen tema.

  A pesar de ser un buen disco no hay mucho riesgo en Noctourniquet, lo hay más que en Octahedron, pero acaso algo más. Es un disco más bien accesible donde ya no hay métricas imposibles. Ya no hay solos o secciones de instrumentos de esas maravillosas que acostumbraban poner en diversas partes, por ejemplo: el bajo violento que suena en Cignus o esa guitarra conmovedora en Eriatarka. No existe ese proceso de los 4 primeros discos donde se descubrían matices, donde se escuchaba algún elemento instrumental extraordinario. No hay indicios de músicas antiguas como por ejemplo en L'Via L'Viaquez o Soothsayer. El uso de la electrónica no es tema, o sea, no es malo que se ocupe, pero no en desmedro de otras oportunidades musicales. Ya no hay el vértigo de Cavalettas o de Day of Baphomets. Ya no se produce esa sensación de que ojalá el tema no termine. Las medidas se han invertido en Noctourniquet: Antes era un 10% de suavidad y el resto mucha progresión imposible, mucha violencia virtuosa. Ahora es al contrario. Todo aquello que hacía a The Mars Volta una máquina única ya se fue y quizás ya no volverá.

¿Qué pasó The Mars Volta antes eras chévere? Noooo, perdón....... antes eras Dios.

viernes, 30 de marzo de 2012

Opeth en Chile, 28 de Marzo 2012, Teatro Caupolicán, Santiago.





Ya comiendo una chinese food que rondaba desde ayer en el refri, procedo a repasar algunas cosas de anoche.  Escribo para recordar, para revivir la sensación y extenderla un poco más y quien sabe, si llego a ser certero, leerla en un par de años y recordar con facilidad aquel día.

Llegué tarde, o sea aún no empezaba pero me perdí a Mar de Grises, mala cosa, pocas veces se llega a saber donde tocan y cuando se llega a saber ya fue parte del pasado. La apurada valió, incluida mala educación y posterior reto, pero había que llegar. Atrasado subí las escaleras: todo cerrado. Cancha se sabía, segundo nivel me sorprendió. Tercer nivel: al lado de las palomas y con el techo como un mar encima. No acostumbrado a la distancia me desanimé y es sino luego de Face of Melinda cuando recién pude empezar a disfrutar. Algo bajo escuchaba, incluso podía escuchar las conversaciones de los que estaban cercanos. Más desanimado. The Devil´s Orchard y I Feel the Dark apenas las disfruté. Gracias al cielo el animal de costumbre reacciona ante estímulos según como vengan, sin embargo, pagué caro el precio de la tardanza, estos dos primeros temas sonaron impecables, pero no llegué a disfrutarlos del todo. El grandioso “God is Dead” de The Devil´s Orchard y el posterior riff endemoniado que suena como nunca a King Crimson me tiró un balde de agua fría que me hizo reaccionar. El solo de guitarra algo corto del final fue estremecedor. En Heritage mucha suena al rock progresivo de los 60 y 70, pero al más oscuro, algo de sus vecinos de Trettioriga Kriget, otro tanto de Caravan en los episodios más acústicos. Es bien sabido el gusto de Mikael Akerfeldt por el rock de aquellos tiempos, y en este tema la mezcla entre lo antiguo y moderno, teclados psicodélicos que van más allá de una simple atmósfera, más una melodía vocal increíble, más una voz impecable dotada de una fuerza e interpretación por sobre lo muy bueno, dan como resultado un temazo. Repito: una voz perfecta, si hasta los posteriores guturales suenan afinados. Eso se sabe, pero verlo en vivo es corroborar una impresión que se transforma en verdad.

I Feel The Dark, ya me encontró algo tibio, pero su suave oscuridad inicial no era lo que necesitaba, quizás en otro momento, sin embargo la profundidad del teclado de Joakim Svalberg  pude escucharla más que nunca y más aún cuando “empieza nuevamente” el tema seguido de un impactante “Veiled comes the daylight through the glass” gritado con la sutileza propia de un gran intérprete. La tibieza se transformó en agrado con el bajo que va y vuelve junto a “the mother of lies”. El concierto para mí había empezado.


Face of Melinda sonó tan hermoso y triste como siempre, debe ser el tema que se ejecuta con más pasión por parte de la banda. Puede ser una impresión errónea, pero es como si ha toda la banda le gustara realmente aquella composición. Su mágico, tierno y profundamente melancólico inicio despertó algo en cada uno de los que estábamos ahí, removió recuerdos. Face of Melinda debe ser el tema, por decirlo de algún modo, más romántico de Opeth y talvez del metal. Solo Opeth podía hacer algo así, nunca aceptando clasificaciones simples sino expandiéndose a sectores poco ortodoxos dentro de la rama en la cual se los pone. Es un tema que viene del Still Life de 1999, o sea, la experimentación no es algo nuevo. Su potente final fue perfecto, estirando con todo el verso final: “My promise is made but my heart is thine”.

  Luego vino Slither, un tema veloz y algo hardrock o más bien del neoprogresivo más tirado al heavy metal, onda Queensryche o Asia, que debe ser una de las composiciones que menos me agradan de la historia de Opeth, si había que tocar algo más del Heritage, para mi hubiese sido ideal Famine y podrían haber aprovechado para sacar un flautista chileno, ahí si que todo hubiese sido realmente especial (a lo Sting en Viña con Andrés Perez de Contracuarteto). Creo que esa velocidad suena algo falsa y simple. Esa pequeña sensación de malestar pasó rápidamente (menos mal que el tema es corto) con el inicio de Windowpane, tema con el cual se abre uno de mis discos favoritos de Opeth, Damnation, y con el cual se dio por iniciada la temporada de perfectos solos más largos de guitarra ejecutados con maestría y pasión por parte de Fredik Akesson. Un tema suave tal como todo ese álbum, pero que a mitad de él se produce un cambio a notas sumamente oscuras. Ese cambio sonó perfecto, no es fácil hacerlo según me han contado. Un teclado tenebroso, un bajo envolvente, y luego nuevamente la melancolía y un solo de guitarra que desgarra. Teclados y más teclados aletargados y sombríos.

To rid the Disease, sonó increible. Es quizás otro tema que agrada tocar a la banda. “There's innocence torn from its maker /  stillborn, the trust in you” cantado con una afinación envidiable y el posterior “i have lost all trust i had in you” cantado por el público fue uno de los momentos altos de la noche. Luego el precioso solo de guitarra y el lento bajo de Martin Mendez, el fuerte piano, un ritmo simple pero poderoso de Martin Axenrot, para pasar a la liberación del tema y nuevamente los versos y armonías vocales. Un tema deseado por mi parte y disfrutado a rabiar.

Burden fue la sorpresa mayor, no imagine que lo tocarían. Es algo alejado de lo que está haciendo Opeth actualmente. Otra composición muy romántica y por sobre todo épica, que tiene algo de heavy metal y quizás algo de pop romántico, aunque suena extraño decirlo. Con un teclado desquiciado por algunos pasajes fue uno de los temas más cantados por el público. “A broken line but underlined” genial. Luego vino otro del Heritage, The lines in my Hand, bajo perfecto del uruguayo. Ahora este tema adolece de un problema para mi gusto: la repetición de la frase “We are dying in the wake of gods and decrees reamin arcane / And everything around as is a consequence of pain” adornada entre medio de diferentes formas y por los distintos instrumentos. La segunda parte del tema es de una gran velocidad que sonó tremenda. Sin embargo, es otro tema que no me gusta mucho, salvo su final.

En este momento dos cosas saqué en limpio: El setlist que venían tocando estaba siendo felizmente modificado, eso por el lado bueno, por el lado malo: el tiempo que se tomaban entre cada tema era demasiado extenso. Comprendo la dificultad en la ejecución de cada tema y el cambio de afinación en las guitarras pero la verdad es que quitaba continuidad al show. Ahora, muchos deben agradecer aquella espera ya que permitieron al público escuchar los soliloquios de Mikael, a mi por lo menos me agrada más la continuidad y escucharlo no me molesta, pero fue mucho.

A esa altura, la modificación del setlist según el que se creía me hacía creer que ya no tocarían uno de los mejores temas del Heritage: Folklore. Me equivoqué y vino a continuación. Es otra obra que se nota disfrutan al tocar. “And you will see what you mean to me” se canto con el corazón. Esa guitarras en escala descendente y repetitiva es espectacular, tanto o más que la vocalidad de la letra. El cambio de ritmo fue otro momento inmenso que se vio interrumpido por un hecho extraño pero gracioso: se le soltó la guitarra a Mikael (no fue tan grave como cuando a Layne Stanley le cambió la letra a Sludge Factory en el Unplugged, pero igual interrumpió). Pasado lo indicado, volvió a sonar esa atmósfera oscura de teclados, seguida de un bajo vigoroso y el posterior solo de guitarra. Se notó que era un tema esperado por todos.

  Luego vino la enérgica The Grand of Conjuration, dando paso al lado más metal del concierto, algo que se necesitaba por muchos. El riff pesado taladró despiadado y las cabezas quizás por primera vez se empezaron a agitar con violencia. Los guturales de Mikael son impresionantes, tienen una profundidad pocas veces escuchadas. Lo más interesante de estos gritos es que son hechos, además de  ser ejecutados con gran técnica, con una afinación precisa. El solo de guitarra fue muy pulcro. Un “Whispered conjuration A belief takes form” más que lúgubre. La pasada a la velocidad extrema fue brutal y con ella una cantidad de guturales descomunales. La suavidad del susurro de “ Say my name / Ease the pain / Clear the smoke / In my head”, interrumpido por un poderoso final, aderezado de una bateria descomunal.

The Drapery Falls fue un descanso a la exquisita violencia anterior, y con su inicio ya removió sentimientos de dulzura en cada uno. Esa guitarra aletargada es una genialidad. “Please remedy my confusion” fue un ruego cantado por todos los que habitamos por ese instante ese lugar. Y el “Pull me down again / And guide me into pain” lo fue aún más. Un tema dominado por las armonías vocales y que yo esperaba con ansias, guturales incluidos, y más aún esa parte desquiciada que tiene, completamente a contratempo. Luego el metal extremo con guturales y batería colosal, pasando de la suavidad de “Waking up to your / sound again / And lapse into the ways of misery” a las mismas notas que dan origen al tema. Un temazo redondo como un sol que finalizó con un coro del público conmovedor casi hasta las lágrimas.


Terminando el tema anterior, salieron del escenario para volver y finalizar con Deliverance, su atronador comienzo sonó más cruel que nunca, el doble pedal estalló en nuestros oídos, y el gutural dio paso a la suavidad de las guitarras y el hermoso verso “Walk with me,  / you'll never leave/ Wait to set your spirit free”. Tremendo. La voz que se aleja decantó el momento progresivo con “Your memory is nothing but the scars on me”, al igual que “Your salvation's found in a sinner's deed”. La delicadeza de “Deliverance Laughing at me” se ve interrumpida y desencadenada por el metal extremo y tal como dice el tema, la insanidad misma.  El final de Deliverance es ensordecedor donde se escuche pero en vivo es contagiosamente violento. Un riff que incita hasta al más tímido.

Fue un concierto tremendo, violento por momentos y suave y dulces por otros, tal como es Opeth, tal como es la vida misma. Un setlist que dejó poco o nada afuera, totalmente representativo de la banda sueca. Un gran momento. Inolvidable por cierto y toda la cantidad de adjetivos que se le pueden dar a un grupo que está y ha estado desde hace mucho en la cima. Larga vida a Opeth y que sus composiciones perduren más allá de la historia misma.