sábado, 20 de octubre de 2012

Contracuarteto en el 3er Festival de JAZZ.EU, Teatro de la Universidad San Sebastián, 18.10.2012.


Muchas veces se dice que un estilo está “muerto”, se ha dicho incluso con el rock y claro (muchas veces más) con el jazz: Tamaña tontera, porque ni en Chile el jazz podría morir ni menos considerarse estancado con bandas tan grandes como Ensamble Quintessence, La Kut (en un estilo más radical) o Contracuarteto. Estos últimos el Jueves estuvieron notables (por tiempo no pude ver a Fayçal Salhi Trio), quizá un tanto módicos en tiempo, pero dada la gratuidad, nada se puede reclamar. Comenzaron con “Bipolaridad”, veloz composición creada por Andrés Pérez y única composición del disco homónimo a la banda del 2008 que ejecutaron en esta oportunidad. Luego vino “Elegía”, una balada suave y triste como muchas de las creaciones de Lecaros, que contó con una ejecución perfectamente melancólica de Gallardo en flauta traversa. Es increíble lo versátil que es Contracuarteto, tanto como grupo como individualidad. Los 4 integrantes no tienen problemas de pasar de una tierna suavidad a una demencia absoluta, como quedará claro en “Letal viejita”, que posee una tremenda violencia arrítmica y que pone al límite los talentos de Gallardo en saxo alto y Andrés Pérez (y sus eternos bigotes mezcla de Marcel Proust y Dalí) en saxo tenor, intercalándose en un diálogo de mostros. Después fue el turno de “Ocasión”, nuevamente Gallardo en flauta traversa y otra composición suave. Finalizaron con otra del disco Sinestesia del 2011 y que es el emblema de lo que representa Contracuarteto: Valentía, improvisación, originalidad, belleza, conciencia, perfecta ejecución, etc., este tema es “F27”, que es una creación devastadora y una perfecta analogía o metáfora de los hechos ocurridos en aquella fecha. Inicia con una melancólica melodía en la que predomina la ejecución con arco de Lecaros en su contrabajo, para luego dar rienda suelta a la devastación con ejecuciones de Gallardo y Pérez que se acercan absolutamente al free-jazz, al vanguardismo y a la experimentación total. Gallardo sobresale por sus improvisación completamente “anti-académica”, ejecutando en su instrumento todas las técnicas o efectos experimentales posibles: slap-tongue, growling, flutter-tonguing, altissimos, etc. También se luce Carlos Cortes en batería con un estilo y fuerza que se diferencia de Félix Lecaros, no comparándolos obviamente en cuanto a calidad, ya que los dos son inmensos en sus instrumentos. Nada es eterno salvo las ideas y los sueños y estos cabros lo demuestran e intentan lograr no solo la inmortalidad de ellos mismos sino que se dan también a la tarea diaria de mantener vivo aquello que por sobre muchas cosas debe permanecer perenne.