jueves, 15 de agosto de 2013

Herbie Hancock. Teatro Caupolicán. 14.08.2013.


Sabiendo a lo que iba y como iba (39 de fiebre aprox) digo que en una sensación muy personal no me gustó el concierto. Lo siento por los amantes de su música, pero a mi no me gustó mucho, aunque puede ser que mi estado febril me haya hecho ver una mala ilusión. De partida todo fue malo (en el comienzo fue el fin) con una fila de 3 cuadras ya que a los genios se les ocurrió poner solo un acceso para galería y platea alta con resultados obvios. Mi estado me llevó a hacer algo de lo cual no me siento orgulloso: colarme en la aglomeración que se hacía en el acceso, pero no había mucha vuelta que darle, eran cinco para las 9 y si hubiese seguido en la fila tipo 9,30 estaría entrando, corroborado al aparecer frente a mi desde el acceso un chascón rubio de unos dos metros de alto. Sorry por ello. Luego, en lo musical nada que decir con la calidad de los intérpretes, los tipos eran secos en lo suyo. Pero el problema para mi fue lo que tocaron, repito que sabía a lo que iba, pero antes ya lo había dicho: no me gusta mucho el eclecticismo de Hancock, dentro del jazz, puede ser de lo que menos me atrae. Es un buen compositor eso se nota y escucha, simple en las secciones clásicas, que son ya a esta hora históricas y parte de la música popular, tanto así que es dificil que alguien no identifique algunas notas, gracias a reinterpretaciones, a la publicidad y también a los samplers. Ese eclecticismo, entre el funk-jazz y sus respectivas improvisaciones no me mataron, salvo en determinadas y muy específicas notas que sonaban en su conjunto. La ausencia de vientos también es otro elemento que sabía iba a jugar en mi contra. Me es difícil no asociar a HH con Miles Davis o Wayne Shorter por ejemplo, o con Lee Morgan, esa pega no la puedo hacer. Luego, las percusiones de Hussain la encontré muy extensa, aburrida por momentos y evocando aspectos populares que a mi me sacaron de la hipnosis a la cual intentaba llegar, soy serio eso si, lo reconozco y esas cosas o juegos al inconsciente popular no me hacen reir ni me agradan. Me hizo falta algo de los años de jazz puro y duro de HH, algo de bebop, de hardbop, sabía que no lo hacía, pero no pude sacarme esa necesidad de la cabeza. Su solo de piano también lo encontré en demasía extenso, y a diferencia de lo indicado en el review, a mi no me conmovió nada, y aquello no es difícil provocar en mi. No sé, pudieron ser varios factores, pero para mí no fue una buena noche, tomé mi chaqueta entre los aplausos y me fui, caminando por San Diego me puse a escuchar Ceora de Lee Morgan Quintet y puta que me gustó.

Las imágenes importantes 3

Arte en su estado más puro. Etereas, complejas y subliminales. Películas sensoriales, sobre todo "El año pasado en Marienbad".