domingo, 1 de abril de 2012

Noctourniquet o los nuevos The Mars Volta




La forma de afrontar la composición en The Mars Volta definitivamente cambió. Octahedron fue el primer el primer paso (traspié para algunos). Noctourniquet puede que sea nominado el mejor album del año 2012, porque es seguro que es el mejor hasta el momento en lo que va de este. Noctourniquet es un buen disco, mucho mejor  que el anterior y mucho mejor que cualquier mejor disco de ¾ partes de las bandas del planeta. Pero está lejos de ser el The Mars Volta que deslumbró con sus primeros 4 discos. Lejos ya de la métrica lisérgica e inmedible, lejos del avant-garde, lejos del progresivo/psicodélico y cerca, como nunca, del maldito formato canción. Talvez en un par de años nos enfrentemos a un inicio-coro-desarrollo-coro-final. 
Repito es un buen disco pero otra cosa es que sea una genialidad, este nuevamente no lo es. Claro está que el álbum en general es original y no suena a nada parecido, pero es otro The Mars Volta, y claro es también que toda banda tiene el derecho a evolucionar hacia el lado que desee, pero la situación es que The Mars Volta, con toda su genialidad, no evolucionaron hacia el lado adecuado dado el nivel de sus integrantes. ¿Qué pasó?. La apuesta que yo hacía por la banda era que o hacían un disco similar a los anteriores o evolucionaban hacia algo más genial aún, poco menos que iban a reinventar la música (a lo Schoenberg) y que iban a llevar el género progresivo psicodélico a niveles nunca escuchados. Pero no, no fue ni lo uno ni lo otro, derivaron a composiciones tan solo correctas. ¿Fue por simple deseo realizar un disco como este o fue incapacidad de evolucionar hacia el lado adecuado?¿Ya no podrán, por algún motivo, realizar otra genialidad? Vamos viendo:

            The Whip Hand, un mediocre tema con mucho sintetizador muy a lo NIN, de esos que provenían de la mezcla del punk y pop de los ochentas, una melodía ausente o presente pero pobre. Mal comienzo. Pésimo.
            El comienzo de Aegis es prometedor. Su continuación es mejor aún, pero principalmente debido al gran trabajo vocal de Cedric Bixler-Zavala. “I´m not running away” y sus respectivas repeticiones son un gran aporte y la frase se torna realmente adictiva. Un verso que tiene la virtud de alojarse casi en el inconsciente, acompañada de  una batería contundente que suena como complemento perfecto. Un muy buen tema pero que adolece de lo mencionado anteriormente: el formato canción.
            La tercera composición es Dyslexicon. Lejos el mejor tema del disco. Locura profunda. Ese sintetizador que suena en un principio es en gran parte el culpable. También lo es la guitarra repetitiva y aguda que aparece por momentos. Batería en todo momento acelerada que crepita el tema. Una métrica algo más arriesgada. Nuevamente y como casi siempre gran trabajo en la melodía vocal. Varios cambios de ritmos. Un tema que perfectamente pudo haber estado en el Bedlam in Goliath. Gran pero gran tema.
Luego viene la melancolía inicial de Empty Vessels Make The Loudest Sound que por momentos se torna bella y liberadora. Las creaciones de Omar Rodriguez-Lopez desde hace un tiempo vienen siendo bastante tristes. Su álbum solista “Ciencia de los Inútiles” es un más que claro ejemplo. “I am a mountain of cavernous people searching for a lighthouse in the fog” es un precioso verso que en la voz de Cedric sabe mejor aún. Una virginal balada que en algo recuerda a la simple pero magnífica Televators, pero sin ese abismo vocal ni ese no se qué lisérgico de ese gran tema.


A continuación un tema que de verdad no entiendo. The Malkin Jewel es un tema que desearia con pasión Jack White ya sea en The White Stripes o em The Dead Weather. Tiene también algo de Led Zeppelín por momentos incluso la voz es similar. Algo de post-punk. Una mezcla rara pero no por eso buena. No se entiende.
Lapochka es una balada que perfectamente puede ser calificada de drum&bass sin aceleración, pero con mucho trabajo electrónico. Una melodía vocal pobre, salvo por un “aullido” con mucho efecto que distorsiona la voz. Este mediocre tema da origen  a una seguidilla de composiciones algo regulares y que por una extraña razón me hacen perder la atención del disco. In absentia viene siendo una especie de continuación de la anterior en lo electrónico. La electrónica venía siendo tomada muy en cuenta por Rodríguez-López en sus discos solistas, como olvidar el Minor Cuts and Scrapes in the Bushes Ahead, y este tema es una demostración de sus gustos pero ahora en The Mars Volta. Es quizás el tema más experimental en lo electrónico del álbum muy al estilo Panda Bear en el Tomboy o al Sung Songs de Animal Collective pero completamente barroco, recargado hasta decir basta. Pura tenebrosa psicodelia. Ahora, se trata de un tema de casi 8 minutos, cuya segunda parte se trastorna en una canción del pop oscuro similar al que hacía The Cure, Joy División, Siouxsie, Cocteau Twins, etc.,  que esta dotada de un gran trabajo vocal de Cedric. Ahora no es un tema que extrañe ya que es sabido la pasión de la banda por aquella música.
Imago viene a ser la confirmación de todo este Noctourniquet: mucha melancolía y mucha electrónica. Otra balada con toques de guitarra acústica y guitarras de sonidos acuáticos. Es un bonito tema, pero gracias al gran Cedric nuevamente porque en lo instrumental tomando en cuenta el curriculum de The Mars Volta es más que pobre.
Luego, y por fin, un tema progresivo psicodélico al estilo del grupo. Molochwalker es un gran tema. Harta guitarra, hasta un solo se escucha de pronto (algo que poco se ve acá), un bajo que por fin es digno de mencionar, Cedric maestro como siempre. Claro no es el mismo The Mars Volta, ya sin Adrian Terrazas-Gonzales es muy diferente. ¿Cómo no poner un solo viento o un bronce, aunque sea solo en este tema en el cual caía de cajón? No puedes poner la electrónica por sobre los vientos o los bronces, o puedes hacerlo pero nunca dejándolo completamente de lado. Ese es un elemento esencial que The Mars Volta perdió hace rato. Molochwalker es de los de temas que representan el espíritu anti Horror Vacui que sufre la banda, esa enfermedad que les permite o permitía llevar la música al sonido completo.
Una simple guitarra acústica da comienzo a Trinkets Pale of Moon, luego unas voces rituales y lisérgicas dan ritmo a otro tema lento y sombrío. Luego nuevamente las bases electrónicas se apoderan de la percusión y el tema vaga en esa nave lúgubre por toda su duración. Un tema parejo, incluso en la melodía vocal. Similar es Vedamalady. Por alguna razón estos dos temas no se disfrutan en su lentitud tanto como otros de la misma naturaleza que posee la banda, recordando la liberación del tema algo a las melodías de Chino Moreno y compañía. Noctourniquet es otro tanto de lo mismo anterior. Con estos tres temas la atención en el disco ya está en otra parte. Está en lo que hay que hacer mañana, en lo que se va a comer a la once, en que ya está oscureciendo. Temas que de verdad dejan sabor a poco o a nada y son el motivo principal de que este disco pase rápidamente al guardadisco y salga de ahí tarde mal o nunca.


Zed And Two Naughts  viene a dar algo de esperanza a lo que vendrá (aunque la esperanza no existe) y también le da un resto de dignidad al disco, aunque sea ya el final. Una canción dotada del temido formato canción pero a lo menos algo salvaje. Buen tema.

  A pesar de ser un buen disco no hay mucho riesgo en Noctourniquet, lo hay más que en Octahedron, pero acaso algo más. Es un disco más bien accesible donde ya no hay métricas imposibles. Ya no hay solos o secciones de instrumentos de esas maravillosas que acostumbraban poner en diversas partes, por ejemplo: el bajo violento que suena en Cignus o esa guitarra conmovedora en Eriatarka. No existe ese proceso de los 4 primeros discos donde se descubrían matices, donde se escuchaba algún elemento instrumental extraordinario. No hay indicios de músicas antiguas como por ejemplo en L'Via L'Viaquez o Soothsayer. El uso de la electrónica no es tema, o sea, no es malo que se ocupe, pero no en desmedro de otras oportunidades musicales. Ya no hay el vértigo de Cavalettas o de Day of Baphomets. Ya no se produce esa sensación de que ojalá el tema no termine. Las medidas se han invertido en Noctourniquet: Antes era un 10% de suavidad y el resto mucha progresión imposible, mucha violencia virtuosa. Ahora es al contrario. Todo aquello que hacía a The Mars Volta una máquina única ya se fue y quizás ya no volverá.

¿Qué pasó The Mars Volta antes eras chévere? Noooo, perdón....... antes eras Dios.

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