El verano ya se acabó. Los niños van
creciendo. El jueves fue el primer día en que las nubes grises reinaron y la
lluvia algo amenazó. Los niños ya dejan de jugar. La Tierra se aleja del Sol.
La noche se acercaba. Los niños dejan de ser niños. El todo como un gran
sistema que decrece, o que va creciendo, como se quiera. Una escala inmensa en
la que Tulallvay era el primer peldaño, los niños en la música, en un juego
lúdico y valiente, adoleciendo de esa rica inmadurez que lleva a llamar la
atención, a querer hacerlo todo, a desear convertirse en un aleph visible. Que
valentía tienen esos niños grandes, la rebeldía, desparpajo y desenfado para
tocar una especie de jazz sinfónico, al estilo un tanto más básico que algunas bandas del R.I.O. como Univers Zero,
pero no tan oscuro, es quizás lo módico del escenario lo que no les permitió al
fagot y la tromba o tuba (no lo recuerdo) sonar adecuadamente, o la potencia
del gran saxofón alto de la banda y del dúo de clarinetes que se comieron
incluso a una batería poco inquieta, al igual que una guitarra algo deslucida
un tanto más por placer que por querer sonar técnico y correcto en ejecución,
supongo. En su afán de abarcar amplios registros caían en un desorden sónico
que confundía, además sonaban todos a la vez en gran parte del tiempo, incluso
dejando de lado el contrapunto. Se dieron incluso el lujo de hacer covers de
melodías alejadas de la intelectualidad, riéndose de los que estábamos ahí
esperando solo lo contrario, es quizás al final con la agregación de un
magnífico violín y otro saxofón que nos dieron en el gusto, sonando por primera
vez como una verdadera orquesta. Los niños
se tomaban su espacio y desordenaban con su espíritu un Bar Santa
Filomena algo opaco a esa hora, y tal como su nombre, todo se trato de un
juego.
¿Qué hace Dayanandrea y la Kut tocando en un
Bar tan pequeño, ante tan poca gente y sonando nada en los medios? Que ganas de
que todo el mundo pudiera gozar con esta música. ¿Qué mierda hacen estas bandas
tocando en Chile? La música en alguna parte se perdió, siguió siendo música e
incluso puede llegar a ser buena, pero lo cierto es que lo que se considera
bueno hoy dentro de esas esferas es tan solo mediocre y simple. ¿Cómo mierda
hacer para que estas bandas puedan seguir su camino independiente y a la vez
subsistir?
Dayanandrea es una banda notable, eso se sabe
por sus discos. Antes quizás, cuando eran aún más jóvenes, tenían un sonido
algo más dadaísta, pero actualmente, por lo que pude percibir ayer, están en un
contexto un poco más serio y menos lúdico, metal quizás, incluso una grácil y
encantadora violencia está adornando sus composiciones. Los jóvenes de ayer ya
no son los mismos. Ese baterista que tienen ya se lo querría cualquier banda,
una técnica preciosa y precisa, repartiendo baquetazos con la habilidad de solo
quien conoce su instrumento a la perfección, todo lo realiza con un ritmo
despiadado y con un estilo para tocar que va muy en línea de lo que quiere
demostrar la banda, más allá de máscaras y disfraces, sino una actitud extraña
y bizarra que transmuta en una actuación y expresión corporal. Un sonido
cortante por momentos y por otros, los más, armónicos y progresivos. Un bajo
impecable y dotado de gran talento e imaginación, gran juego de Slap y
Pluck (violento por momentos y otros
algo más funk) al igual que Hammers muy talentosos, un instrumento que da poder
y velocidad a los vientos y bronces del virtuoso clarinetista Palermo (así le
puso un amigo) que se desenvolvía por intrincadas escalas, growlings y
furlattos, y a ese par maravilloso de mujeres, en saxo alto una y saxo tenor y
clarinete la otra, que como ellas quedan pocas: Valentía, ímpetu femenino,
absurda sensualidad. En lo estético influenciado por The Residents y algunas
cosas de los principios de Mr. Bungle y otros, pero musicalmente tienen una
línea diversa quizás más apegado al Jazz-Rock de ¿Nazca, Henry Cow, Univers
Zero? o ¿Moonchild, Combat Astronomy?¿Stravinsky, Bartok, y un cuanto hay en lo
docto? no sé, pero es que cuesta encontrar algo idéntico tanto en el sonido
tomado como composición como por instrumentos, ya que no cuenta con guitarra,
sino directamente se relacionarían con Akineton Retard o Panzerballet, y es
quizás los vientos y bronces lo que hace pensar directamente en aquello, un Dün
menos instrumentalizado o Magma puede ser por la oscuridad y sutil violencia o
derechamente Zu, sobre todo del disco en que participa Mike Patton. Bueno, da
lo mismo, la hacen de oro. Una banda que se entiende a la perfección y que hace que hasta las cosas aparentemente
simples (tasitas metálicas) suenen realmente complejas en lo espiritual dentro
de una atmósfera de misticismo oscuro.
La experimentación que hace el quinteto La Kut
es admirable y envidiable. Los jóvenes se han convertido en adultos y tratan de
alejarse de lo aprendido y experimentan con ello. Si Dayanandrea era perfección
y corrección sónica, La Kut era pura experimentación y por momentos ruidismo.
Un free jazz apegado al R.I.O. o al rock psicodélico/progresivo, por tratar de
clasificar. Una libertad armónica que pasaba por momentos en que la guitarra
sonaba a notas improvisadas al estilo de Derek Bailey o Fred Frith y por otras
apegado a lo hecho por Robert Fripp, un bajo frenético similar a Bill Laswell
con una energía tremenda y un juego de dedos a velocidad descomunal. El saxo
alto es espectacular, más allá de la utilización de efectos como el uso de la
difícil Respiración Circular, entregaba una propuesta densa e impura (en un
sentido similar al de Bazin en el cine, o sea, sabiendo la técnica para lograr
la evolución hay que destruirla).Incluso se dieron el lujo de realizar una
adaptación de una pieza de Mulatu
Astatke, Yèkèrmo Sèw, que aparece en Floras Rotas de Jarmusch, eso demuestra lo
ecléctica de la banda, llegando al lado étnico del jazz, y por otras el saxofón
sonaba a free-jazz pero no tan cercano al de Coleman, sino más bien al de Peter
Brotzmann o de Sun Ra (cuan grande puede llegar a ser Sun Ra !!!!!) La trompeta
hacia su aporte también, pero no pude escucharla del todo ya que ya era
bastante tarde, y es acá que aprovecho de hacer una simple crítica: el flyer
decía que empezaba a las 22:30, pero con suerte empezó pasado las cero horas,
por ende, la Kut empezó a tocar como las 3 de la mañana, ya a esa hora la
capacidad cognitiva está completamente disminuida, ya sea por la falta de sueño,
las obvias cervezas o por la jornada laboral, por ende, escuché tan solo un
trozo de la presentación de la Kut. Con cariño pido que ojalá respeten los
horarios de los shows porque la verdad es que la incertidumbre es mala amiga
del público.
La Kut es una gran banda, de grandes músicos
de una madurez tremenda, por los momentos en que pude escucharlos me recordaron
al Just Us de Elton Dean o al The
End of an Ear de Robert Wyatt, esos exquisitos discos en los cuales cada
instrumento realiza su pega en el momento preciso, esperando durante largos
instantes su oportunidad para encantar.
Los niños se transformaron en jóvenes y estos en
adultos. Los juguetes se han transformado en conceptos. Los afanes se han
convertido en realidades. Los que eran un día han florecido. La noche ya había
caído.
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